lunes, 28 de enero de 2013

LA RIADA QUE HA DE VENIR

Furtivamente te veo
como el agua de verde laguna
que devuelve mi propio reflejo;
distinta, inmensa y profunda.

Por un instante me miras
sin reparar en mis miedos
ajena a mis pesadillas;
temores que paran el tiempo.

Temo tu adolescencia
como a una tormenta que anuncia el cielo
de rayos, centellas y truenos
de fulgurante estrépito; vendaval fiero.

Abstraída en tu infancia, vas desvistiendo
de claves y secretos tu vida entera
sin sospechar siquiera, ni previendo
lo cerca que se halla tu primavera.

Desbordada a veces de melancolía
el tiempo detener quisiera
y en mis brazos mecerte todavía
como cuando eras pequeña.

Mas sé que no lo mereces,
ni tan siquiera es buena idea.
La inocencia ha de ceder,
pues el resto de la vida espera.

Temo que tu lucha interna nos traicione
y aún así confío en ti;
siempre estaré ahí, como el cauce seco
espera la riada que ha de venir.
 

Para Ángela, hoy aún mi niña, mañana mujer completa….. unas estaciones antes a su primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario