jueves, 3 de octubre de 2013

A SARA

Te vi, color de fresa
cuando aún compartíamos universo,
mi mundo excesivo y tu planeta escaso,
conectados en un hilo
de color morado.

Protestaste ¡y es para tanto!
pues aún no habías
decidido el cuándo.

Te empujaron a la vida
y te abrieron el telón
sin haberte preparado
aún el guión.

Azucarillo blanco,
mejillas ababol,
candorosa dulzura
se agolpa en tu corazón.

De grandes alas blancas
que planean bajo el sol
surcando un cielo preñado
de nubes de algodón.

Tu mirada, miel de abejas,
sosiega mi razón
y me embadurna el alma
con un aroma dulzón.

Hay incienso en tus ojos,
me perfuma el corazón,
emborrachando mi espíritu
con tibias gotas de licor.

2 comentarios:

  1. Precioso, me encanta. Sobre todo la imagen que evocan los primeros versos: cuando aún compartíamos universo,
    mi mundo excesivo y tu planeta escaso,

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  2. Se le había quedado pequeño y a ella no le importaba, no quería salir y la obligaron a abandonar por la puerta de emergencia. Supongo que con las prisas debió de olvidar algo allí dentro, algo que llevaré conmigo siempre; un amor profundo.

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