miércoles, 2 de octubre de 2013

A ÁNGELA

Tristes están los girasoles
Pues solo miro tus ojos
Y no veo ya sus colores.

Abatidas crecen las amapolas
Porque yo estoy contigo
Y ahora ellas están solas.

Ya no cantan los gorriones
Y es que por mi ventana
Solo se oye tu risa a borbotones.

No vuelan ya las mariposas
Pues, bajo el sol,
Resplandeces tú más que todas las cosas.

 El cuco bajo la luna ya no canta
Porque tú solo oyes
La nana que mamá te canta.

Lloran y lloran las estrellas
Y es que en la noche
Tú brillas más que ellas.

Ya no quiere salir la luna
Cuando, de madrugada,
Estas durmiendo en la cuna.

Las abejas ya no quieren hacer miel
Pues no existe más dulzura
Que la de tu joven piel.

Y es que ya no quiero primaveras,
Ni paseos bajo el sol,
Ni que a mis pies crezca la hierba,
Sólo escuchar la música de tu voz.

Ni un bello amanecer,
Ni campos con espigas,
Tan sólo verte crecer
A ti, Ángela, mi niña.

2 comentarios:

  1. Si el amor de madre se pudiese explicar con palabras, estas serían de las más hermosas para entenderlo en toda su magnitud.

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  2. Cuando escribí estos versos infantiloides aún era una niña con una muñeca en el regazo, con millones de cosas por aprender, pero con un amor salvaje e indomable. Ella me enseñó a ser madre.

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